Esta soy yo. O una parte de mí que en todo caso, resulta fundamental: la mirada es una cámara que guarda las fotos de la memoria.
Estas fotos se modifican con el tiempo, y de a poco me vuelven extranjera de mí. Sonaba aquella música debajo del piano que tocaba mi madre? El gesto de amor que recuerdo fue real o lo modifiqué tanto, a fuerza de invocarlo, que ya no queda en él nada del original? Existió realmente aquella piedra azul escondida debajo de la mesa, cuando la mirada maravillada de mi hermano la descubrió? Eran hondos como el mar los ojos de mi abuelo?
No sé con qué cosas se construye la memoria, ni sé qué queda de nosotros cuando todo ha cambiado, cuando todas las imágenes se van vuelto otras, y despacio pero irremediablemente se vuelven ajenos los recuerdos.
Memoria que cambia como el agua, se distorsiona y borra sus propias huellas: sin embargo, uno cree que es uno mismo, a lo largo del tiempo de la vida.
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