jueves, 14 de febrero de 2008

El hermano

Es de noche y en la habitación hace muchísimo frío, aunque sea noviembre y haya pasado el invierno.
Hoy Lucía cumple cuatro años y no hubo fiesta. Hace unas horas nació su hermano. Algo salió mal, lo adivina en los ojos del padre que la dejó hace un rato en casa de sus abuelos. Escuchó que hablaban en voz baja y no entendió lo que decían pero le pareció que su padre lloraba.
En la cama ancha, Lucía no duerme: la luz de los relámpagos se filtra por las celosías. Se acurruca como un animal pequeño porque siempre tuvo miedo de las tormentas, y porque sabe además que detrás de los ventanales la acecha un lobo. La abuela le contó una vez que en su pueblo los lobos aullaban por las noches, tratando de entrar en las casas. Lucía se acuerda de una canción que cantan a veces sus primos y que dice no cantes hermano, que Moscú está cubierta de nieve, los lobos aúllan de hambre y Olga no vuelve, y ella se imagina a Olga caminando sola por la estepa inmensa y helada.
Con cada estallido del cielo Lucía se siente más sola y más triste. Quisiera estar en su cama con sus muñecos de dormir, especialmente con el perro azul que le trajeron los Reyes Magos, pero esta noche su padre estaba distraído y olvidó ponerlo en su bolso y ahora siente este agujero en el pecho y estas ganas de llorar pero no quiere porque le da vergüenza.
Una gotera toca los cables de luz y hace brillar arañas azules en el techo. Se abre la puerta y el abuelo la mira un rato desde el umbral; ella prefiere que crea que está dormida. Entra despacio, se acerca, la abriga con otra manta y deja al lado de su cama una olla donde caen las gotas de agua con un ruido rítmico y metálico y Lucía piensa qué pudo haberle pasado a su hermano y se le ocurre que pudo haberse muerto pero no sabe si un hermano que recién nace puede morirse.
Espera hasta que los ruidos de la casa se apagan. Enciende el velador con volados, saca una hoja de papel del cajón del escritorio, y con una lapicera que escribe rojo y finito dibuja un corazón, y escribe al lado Gabriel, que es el nombre de su hermano.
Después apaga la luz, se tapa la boca con la sábana áspera, y llora hasta que se queda dormida.


No hay comentarios: